En
la polémica sobre la presa de Santa Engracia se pudo leer recientemente
el absurdo argumento de que la ausencia de agua estaba permitiendo la
proliferación de las Especies Exóticas Invasoras (EEI). Pues si se
tienen que dar argumentos tan falsos es síntoma claro de que faltan de
los otros.
La
proliferación de las EEI es reconocida hoy como la segunda pérdida de
biodiversidad a nivel mundial. Y además genera no pocos problemas,
sociales, económicos, sanitarios… No hay sino ver a avispones,
mejillones cebra, siluros, y tantos otros problemas que nos generan, y
lo gravosos que pueden ser para todos. Es, por tanto, un tema con el que
no se debe jugar.
Los alburnos (Alburnus alburnus) parecen deleitarnos con sus nutridos grupos... pero ¿son tan plácidos como aparentan? Río Arga, Pamplona, Presa de San Jorge 2016-09-02 |
Las
EEI sobre las que nos alertan todas las instituciones se expanden más y
mejor por paisajes simplificados, y si precisamente ahora tenemos los
problemas que tenemos es porque hemos simplificado el medio hasta
hacerlo homogéneo para una especie nueva que encuentra las condiciones
precisas y extendidas.
El pez gato (Ictalurus punctatus) es uno de los mayores problemas que tiene el Arga como Especie Exótica Invasora (EEI). Río Arga, Pamplona, Presa de San Jorge, 2018-07-17 |
Y
el tema de los ríos es si cabe más especial, pues muchas de las especies
exóticas se tienden a ligarse a los ríos, ya que el agua no deja de ser
un recurso vital también para ellas, en un paisaje nuevo.
Así
que no hay mayor freno para una expansión en un lugar nuevo,
particularmente en un río, que una biodiversidad rica y compleja, es
decir, natural, con sus curvas, meandros, pozos, rápidos, vegetaciones
diversas, distintos lechos, etc. Y al revés, si en un río montaraz o de
curso medio hacemos una presa que lo convierte en algo continuo y
uniforme, las EEI se expanden fácilmente, pues es evidente que los ríos
estanquizados ofrecen un medio mucho más homogéneo y una oportunidad
única de naturalización y expansión. Ciudad y río estanquizado es para
ello un cóctel ciertamente peligroso.
Uno
de los problemas que se observa en algunas ciudades donde pasaba un río
es precisamente que tras la constitución de presas y azudes estos ríos
se convierten en una sucesión de láminas estables e iguales, y, además
de otros problemas de gestión de inundaciones ya conocidos, en ellas las
especies exóticas hacen su agosto y se expanden como la pólvora
afectando además al resto del río y a la propia población. Es por tanto
éste otro de los motivos por los que las ciudades trabajan en la
renaturalización de sus ríos.
¿Y
Pamplona?. Pamplona es un buen ejemplo de cómo el Arga a su paso se ha
convertido en una sucesión de piscinas que debieran naturalizarse. En
ellas prosperan de todo tipo de bichos: tortugas de florida, peces gato y
hasta pirañas se han encontrado ocasionalmente en sus aguas. Las zonas
estancadas son un vivero extraordinario para los mosquitos exóticos y
otros insectos que, cuando mañana entren, pueden representar un peligro
sanitario nada desdeñable. ¿Esta es la Pamplona que queremos?
La
naturaleza se ha encargado de facilitarnos la labor. Una vez rota, la
reconstrucción de la presa de Santa Engracia es desde luego contraria a
cualquier sentido ambiental general y de gestión de inundaciones. Eso lo
sabemos todos y los técnicos son unánimes. Pero si algún argumento es
precisamente débil y especialmente doloroso porque se está jugando con
fuego y confundiendo a la opinión pública es el de las Especies Exóticas
Invasoras. Digámoslo alto y claro que para eso estamos en el siglo XXI y
la gente lo debe de saber: las presas facilitan la proliferación de
todo tipo de especies exóticas invasoras, en Pamplona y en cualquier
otra parte. De nosotros depende decidir si es un riesgo que podamos y
debamos asumir."
No hay comentarios:
Publicar un comentario