El remo en Pamplona necesita una solución, pero esta no pasa por reparar la presa de Santa Engracia, ya que...
1.- Ninguna de las presas de Pamplona posee protección como bien patrimonial, entre otras cosas porque poco queda de la fábrica original medieval.
Sin duda alguna, el río está más vivo y bello sin la presa, y sus habitantes más cercanos, más seguros.
1.- Ninguna de las presas de Pamplona posee protección como bien patrimonial, entre otras cosas porque poco queda de la fábrica original medieval.
2.- Un estudio detallado sobre las
inundaciones en Pamplona señala como primer elemento a corregir el Puente de la
Rotxapea, pero también señala la negativa incidencia de los azudes de la
Rotxapea: "Adicionalmente a las actuaciones a ejecutar en este proyecto,
dicha alternativa 2 permite a futuro que si se mejora la capacidad hidráulica
del puente de Curtidores, se aumente el nivel de protección de la zona, para
una magnitud de evento mayor de 50 años de periodo de retorno. Otras
actuaciones adicionales cómo la
sustitución de azudes cercanos también aumentaría el nivel de protección en el
barrio de la Rochapea, aunque previsiblemente en menor medida que con la
actuación sobre el puente de Curtidores".
(“Definición de actuaciones
estructurales preventivas en base a un estudio hidráulico del río Arga en
Pamplona “ Dra. R. Gastesi Barasoain, Departamento de Sistemas de Información
Territorial. Sección de Ingeniería del Agua. J. I. Alfonso Pezonaga, R. Pérez
Villanueva, I. Iribarren Berrade. Área de Proyectos y Conservación Urbana.
Ayuntamiento de Pamplona. Dr. J. J. López Rodríguez. Departamento de Proyectos
e Ingeniería Rural. Área de Ingeniería Hidráulica. Universidad Pública de
Navarra. C. Pérez Martín Departamento de Desarrollo Rural, Industria, Empleo y
Medio Ambiente. Servicio del Agua. Gobierno de Navarra).
3.-Ninguna especie autóctona necesita de
agua embalsada para su desarrollo y sí en cambio muchas de las especies
invasoras. La presencia del lucio y del pez gato sería impensable en Pamplona
sin presas como la de Santa Engracia. La presencia hoy esporádica de truchas en
Pamplona sería más habitual sin esas mismas presas.
4.-La presa nada tiene que ver con el
caudal mínimo del río, que es independiente del embalsamiento, ni los datos que
se ofrecen (0,5m3/s) se ajustan a la realidad. Este verano sin presa, el Arga
en verano no ha bajado de 1,70 m3/s. Más que lo que llevan ríos el Salazar o el
Eska en su desembocadura, el Aragón en Jaca o como el Zadorra en Vitoria. De
hecho, cabría afirmar, sin lugar a duda, que es precisamente el agua embalsada
y poco oxigenada lo que más se puede alejar del concepto de higiene que airea
el Club Náutico
5.- Ya no existen ni el molino, ni la hidroeléctrica,
ni la fábrica para los que existía la concesión de agua. Sin ellas, la presa
carece de valor funcional y por ello organismos como la Confederación del Ebro
y el Gobierno de Navarra recomiendan el derribo de estos
obstáculos obsoletos en el cauce de un río. Y sí “a nivel europeo hay unas
directrices y recomendaciones sobre presas” que nos afectan de lleno porque el
Arga es un río europeo de pleno derecho y cuyo cumplimiento ya se está llevando
a la práctica en Navarra en los últimos 10 años. El próximo gran hito: el derribo de la presa de
Artikutza.
6.- Al no precisarse de qué ciudades se
habla, este punto resulta especialmente vago y subjetivo. En el río Segura en
Murcia, quizá por el criterio señalado por el Club Naútico de Navarra, se
instaló un presa hinchable hace 10 años. Este mes de mayo el ayuntamiento de
Murcia decidió por unanimidad retirar esa presa hinchable por razones
estéticas, higiénicas y medioambientales. Otro claro ejemplo es el del Manzanares en Madrid, donde se han abierto todas las presas existentes en la ciudad.
7.- El club cuenta con 42 remeros que
son los grandes perjudicados por la rotura de la presa. El resto de usos
recreativos siguen presentes, e incluso mejorados al reducirse tanto la
probabilidad de ahogamientos como la mejora de la calidad del agua. Se observa,
de hecho, una importante presencia de personas en las nuevas playas del río.
8.- El ayuntamiento en su plan fluvial
presentado en febrero de 2018 señaló el interés de derribar la presa de Santa
Engracia. La naturaleza actuó ahorrando a Pamplona los gastos de derribo. Todo
gasto en reparación es excesivo, medioambientalmente nocivo y legalmente
inviable sin los permisos pertinentes de Gobierno de Navarra y Confederación
Hidrográfica del Ebro, organismos que ya han puesto en la práctica el derribo
de presas similares. Nunca la reconstrucción de una presa obsoleta y sin
concesión de agua.
9.- Si alguien es consciente de la
endeblez de este punto es la Confederación Hidrográfica del Ebro. Un río que
corre huele menos que el agua estancada y sin oxígeno. De hecho la Confederación Hidrográfica del Ebro está
promoviendo el proyecto Life Ebro
Resilience en la que para paliar y evitar inundaciones desarrolla 6 áreas
de interés, rezando la cuarta: "4.
Contribución al cumplimiento de objetivos ambientales de la Directiva Marco
del Agua, mediante la recuperación de la
continuidad longitudinal fluvial y la mejora de la calidad del agua".
Esto es, eliminación de presas y
azudes.
10.- Efectivamente la presa afecta a
muchos ciudadanos que quizá ahora duerman más tranquilos en caso de crecidas y
no oigan el SMS de alarma por inundaciones, y de muchos usuarios del parque
fluvial que se sorprenden ante un río que corre vivo y sin malo olores, en vez
de una lámina cosmética que esconde inmundicia de todo tipo, biológica y otros
residuos arrojados a sus negras aguas.
Sin duda alguna, el río está más vivo y bello sin la presa, y sus habitantes más cercanos, más seguros.
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