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2018/09/08

Desmontando una por una las diez supuestas razones para la reparación de la presa de Santa Engracia. Santa Engracia NO se arregla.

A pesar de que se dan razones desde el "Club Naútico Navarra" para arreglar la presa de Santa Engracia, no se ajustan a la realidad en la que vivimos... En esta entrada, las desmontaremos una a una.



El remo en Pamplona necesita una solución, pero esta no pasa por reparar la presa de Santa Engracia, ya que...
 
1.- Ninguna de las presas de Pamplona posee protección como bien patrimonial, entre otras cosas porque poco queda de la fábrica original medieval.

2.- Un estudio detallado sobre las inundaciones en Pamplona señala como primer elemento a corregir el Puente de la Rotxapea, pero también señala la negativa incidencia de los azudes de la Rotxapea: "Adicionalmente a las actuaciones a ejecutar en este proyecto, dicha alternativa 2 permite a futuro que si se mejora la capacidad hidráulica del puente de Curtidores, se aumente el nivel de protección de la zona, para una magnitud de evento mayor de 50 años de periodo de retorno. Otras actuaciones adicionales cómo la sustitución de azudes cercanos también aumentaría el nivel de protección en el barrio de la Rochapea, aunque previsiblemente en menor medida que con la actuación sobre el puente de Curtidores".
(“Definición de actuaciones estructurales preventivas en base a un estudio hidráulico del río Arga en Pamplona “ Dra. R. Gastesi Barasoain, Departamento de Sistemas de Información Territorial. Sección de Ingeniería del Agua. J. I. Alfonso Pezonaga, R. Pérez Villanueva, I. Iribarren Berrade. Área de Proyectos y Conservación Urbana. Ayuntamiento de Pamplona. Dr. J. J. López Rodríguez. Departamento de Proyectos e Ingeniería Rural. Área de Ingeniería Hidráulica. Universidad Pública de Navarra. C. Pérez Martín Departamento de Desarrollo Rural, Industria, Empleo y Medio Ambiente. Servicio del Agua. Gobierno de Navarra).

3.-Ninguna especie autóctona necesita de agua embalsada para su desarrollo y sí en cambio muchas de las especies invasoras. La presencia del lucio y del pez gato sería impensable en Pamplona sin presas como la de Santa Engracia. La presencia hoy esporádica de truchas en Pamplona sería más habitual sin esas mismas presas.

4.-La presa nada tiene que ver con el caudal mínimo del río, que es independiente del embalsamiento, ni los datos que se ofrecen (0,5m3/s) se ajustan a la realidad. Este verano sin presa, el Arga en verano no ha bajado de 1,70 m3/s. Más que lo que llevan ríos el Salazar o el Eska en su desembocadura, el Aragón en Jaca o como el Zadorra en Vitoria. De hecho, cabría afirmar, sin lugar a duda, que es precisamente el agua embalsada y poco oxigenada lo que más se puede alejar del concepto de higiene que airea el Club Náutico

5.- Ya no existen ni el molino, ni la hidroeléctrica, ni la fábrica para los que existía la concesión de agua. Sin ellas, la presa carece de valor funcional y por ello organismos como la Confederación del Ebro y el Gobierno de Navarra recomiendan el derribo de estos obstáculos obsoletos en el cauce de un río. Y sí “a nivel europeo hay unas directrices y recomendaciones sobre presas” que nos afectan de lleno porque el Arga es un río europeo de pleno derecho y cuyo cumplimiento ya se está llevando a la práctica en Navarra en los últimos 10 años. El  próximo gran hito: el derribo de la presa de Artikutza.

6.- Al no precisarse de qué ciudades se habla, este punto resulta especialmente vago y subjetivo. En el río Segura en Murcia, quizá por el criterio señalado por el Club Naútico de Navarra, se instaló un presa hinchable hace 10 años. Este mes de mayo el ayuntamiento de Murcia decidió por unanimidad retirar esa presa hinchable por razones estéticas, higiénicas y medioambientales. Otro claro ejemplo es el del Manzanares en Madrid, donde se han abierto todas las presas existentes en la ciudad.

7.- El club cuenta con 42 remeros que son los grandes perjudicados por la rotura de la presa. El resto de usos recreativos siguen presentes, e incluso mejorados al reducirse tanto la probabilidad de ahogamientos como la mejora de la calidad del agua. Se observa, de hecho, una importante presencia de personas en las nuevas playas del río.

8.- El ayuntamiento en su plan fluvial presentado en febrero de 2018 señaló el interés de derribar la presa de Santa Engracia. La naturaleza actuó ahorrando a Pamplona los gastos de derribo. Todo gasto en reparación es excesivo, medioambientalmente nocivo y legalmente inviable sin los permisos pertinentes de Gobierno de Navarra y Confederación Hidrográfica del Ebro, organismos que ya han puesto en la práctica el derribo de presas similares. Nunca la reconstrucción de una presa obsoleta y sin concesión de agua.

9.- Si alguien es consciente de la endeblez de este punto es la Confederación Hidrográfica del Ebro. Un río que corre huele menos que el agua estancada y sin oxígeno. De hecho la Confederación Hidrográfica del Ebro está promoviendo el proyecto Life Ebro Resilience en la que para paliar y evitar inundaciones desarrolla 6 áreas de interés, rezando la cuarta: "4.  Contribución al cumplimiento de objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua, mediante la recuperación de la continuidad longitudinal fluvial y la mejora de la calidad del agua". Esto es, eliminación de presas y azudes.

10.- Efectivamente la presa afecta a muchos ciudadanos que quizá ahora duerman más tranquilos en caso de crecidas y no oigan el SMS de alarma por inundaciones, y de muchos usuarios del parque fluvial que se sorprenden ante un río que corre vivo y sin malo olores, en vez de una lámina cosmética que esconde inmundicia de todo tipo, biológica y otros residuos arrojados a sus negras aguas.


Sin duda alguna, el río está más vivo y bello sin la presa, y sus habitantes más cercanos, más seguros.


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