En
su carta el señor Pedro Vizcay rebate los beneficios ambientales que se
originarían no reparando la presa de Santa Engracia, por cierto
beneficios que serían mucho más evidentes y rápidos sí se eliminara todo
el azud que queda en pie.
La carta en cuestión tal y como se publicó en el Diario de Navarra el 2018.09-06. Si se desea, puede pulsar aquí consultar el contenido en web |
Presa de Santa Engracia rota dejando pasar el agua y pequeños sedimentos. Si se terminara de eliminar, pasarían sedimentos de mayor tamaño, como debe de ocurrir en un río totalmente natural. |
Seguidamente indica que
es “nuestra obligación” impedir la erosión de los márgenes, cuando son
procesos naturales que se dan en todos los ríos, parece desconocer los
procesos erosión en las parte exteriores de los meandros de los ríos y
de depósito en la parte interna, la creación de “madres” o galachos,
etc. Impedir tales acciones del río es cuando menos optimista ya que
únicamente puede actuarse de forma puntual para proteger zonas de alto
valor y de extensión limitada.
En cuanto al libre
tránsito de especies, nos vuelve a dar la razón indicando que realmente
es un problema, pero que hay más problemas aguas arriba y abajo, a pesar
de que en la presa de San Pedro existe una rampa para el paso para
peces de eficacia no comprobada. Estamos de acuerdo en que los
salmónidos son algo anecdótico en dicha zona y así lo hemos descrito,
pero estamos completamente en desacuerdo en cuanto a las especies
exóticas invasoras. Como pescador que es D. Pedro Vizcay (presidente de
Asociación de Cazadores y Pescadores Deportivos de Pamplona y
vicepresidente y secretario de la Federación Navarra de Pesca) debería
conocer que las aguas embalsadas son el hábitat adecuado para la
proliferación de las especies exóticas invasoras como el alburno, pez
gato, carpa… ya que se recrean las condiciones ambientales de donde son
originarios. Por esa razón, actualmente en las aguas corrientes no ven
pescadores con la intención de pescar esas especies exóticas. Por cierto
dichas especies exóticas invasoras se encontraban en la badina de Santa
Engracia antes de su rotura, ya que se realizaban campeonatos de pesca
en dicha zona, por tanto la llegada de esas especies se ha debido a
desaprensivos que las han trasladado a otros sitios.
También
rebate el grado de endemismo de las especies que mencionamos de ciertas
especies. Consultando la información disponible por la SIBIC (Sociedad
Ibérica de Ictiología) a través de la carta piscícola (www.cartapiscicola.es)
habla en de endemismo ibérico para el barbo de Graels y madrilla, y de
endemismo de la Península Ibérica y Suroeste de Francia para la chipa.
Observando los mapas de distribución natural se observa además que
dichas especies tienen una distribución circunscrita a la cuenca del
Ebro y algunas cuencas próximas.
En el caso de
carpa nos indica que estamos de nuevo equivocados, y que la carpa lleva
más de 2.000 años conviviendo con nosotros. Otra vez, el señor Eraso
debe tener fuentes más fiables que investigadores como Ignacio Doadrio
et al. que en el libro “Ictiofauna continental española” indica que fue
introducida por los romanos en Europa y en España durante la dinastía de
los Hausburgo que gobiernan España (1516-1700). Así mismo en Real
Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo
español de especies exóticas invasoras aparece en la modificación
dictada por la Sentencia del Tribunal Supremo de 16 de marzo de 2016.
Puede consultarse en la web del Ministerio (www.mapama.gob.es).
Carpa, otro de los peces exóticos e invasores |
En
cuanto a la presencia de nutrias y visones, ciertamente no es fácil
observarlas, la persecución de muchos años por parte del hombre y su
hábitos crepusculares hacen que no sean fácil observarlas, al igual que
los jabalís que resultan complicado de ver en toda Navarra pero a pesar
de ello provocan múltiples accidentes y son cazados por miles cada año. A
través de los rastros que dejan se tiene constancia regular de su
presencia, algo similar ocurre con los castores.
Huella de visón europeo en la Rochapea, una joya que sin duda alguna tenemos que conservar. Aunque no la veamos, está presente. |
Por
último rebatir que el río no se queda seco, sufre el estiaje propio de
los ríos mediterráneos, algo para que lo las especies que lo pueblan
están adaptados después de años de evolución. Claro que son episodios de
estrés para la fauna y flora, y que en un escenario de cambio climático
pueden ser más severos, pero es algo natural y permite un ajuste de la
capacidad de carga del medio.
La situación actual
de orillas descarnadas y áridas es fruto del embalsamiento previo, por
suerte los ecosistemas fluviales tiene una recolonización rápida con el
paso de un tiempo se podrá disfrutar de un soto similar al que existe en
el entorno del puente de San Pedro – Aranzadi. Para acelerar esa
recuperación es necesaria la eliminación total del azud y que no se
produzcan embalsamientos prolongados en épocas de caudales altos.
Visto
todos los efectos positivos de la eliminación del azud de Santa
Engracia, estamos de acuerdo con el señor Vizcay en fomentar el deporte y
actividades de todos los colectivos que menciona (remeros, pescadores,
natación, salvamento, piraguas…), pero eso no pasa necesariamente por
arreglar Santa Engracia. Actualmente existen en Pamplona otras 5 presas
que pueden albergar todas esas actividades: Harinera de Ilundain, San
Jorge, San Pedro, Molino de Ziganga y Molino de Caparroso, donde
seguramente sea más barato adecuar unas instalaciones que el arreglo y
mantenimiento de la reparación de Santa Engracia.
Como
pueden ver no estamos anclados en el “me opongo porque sí” que indica
el señor Vizcay, estamos expectantes ante la posibilidad de recuperar
una pequeña parte del río Arga que tanto a sufrido a la vez que se
visualizan alternativas más económicas desde el punto de vista ambiental
y monetario.
Por un río corriendo libre, transparente, oxigenado y transportando sedimentos de un lugar a otro. |
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