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2018/09/28

Contestación a la carta “Una piedra para Santa Engracia” de Pedro Vizcay Eraso

En su carta el señor Pedro Vizcay rebate los beneficios ambientales que se originarían no reparando la presa de Santa Engracia, por cierto beneficios que serían mucho más evidentes y rápidos sí se eliminara todo el azud que queda en pie.
La carta en cuestión tal y como se publicó en el Diario de Navarra el 2018.09-06. Si se desea, puede pulsar aquí consultar el contenido en web
En un primer lugar alude a que hay otras presas aguas arriba y abajo que retienen sedimentos, por lo tanto asume que las presas tienen ese efecto negativo. Por tanto si se elimina una de esas presas el efecto que provocan se minimizará en parte, lo ideal sería seguir trabajando en eliminar otros obstáculos que no tengan uso para que no se produzca un efecto acumulado de factores negativos al río.

Presa de Santa Engracia rota dejando pasar el agua y pequeños sedimentos. Si se terminara de eliminar, pasarían sedimentos de mayor tamaño, como debe de ocurrir en un río totalmente natural.
Seguidamente indica que es “nuestra obligación” impedir la erosión de los márgenes, cuando son procesos naturales que se dan en todos los ríos, parece desconocer los procesos erosión en las parte exteriores de los meandros de los ríos y de depósito en la parte interna, la creación de “madres” o galachos, etc. Impedir tales acciones del río es cuando menos optimista ya que únicamente puede actuarse de forma puntual para proteger zonas de alto valor y de extensión limitada.
En cuanto al libre tránsito de especies, nos vuelve a dar la razón indicando que realmente es un problema, pero que hay más problemas aguas arriba y abajo, a pesar de que en la presa de San Pedro existe una rampa para el paso para peces de eficacia no comprobada. Estamos de acuerdo en que los salmónidos son algo anecdótico en dicha zona y así lo hemos descrito, pero estamos completamente en desacuerdo en cuanto a las especies exóticas invasoras. Como pescador que es D. Pedro Vizcay (presidente de Asociación de Cazadores y Pescadores Deportivos de Pamplona y vicepresidente y secretario de la Federación Navarra de Pesca) debería conocer que las aguas embalsadas son el hábitat adecuado para la proliferación de las especies exóticas invasoras como el alburno, pez gato, carpa… ya que se recrean las condiciones ambientales de donde son originarios. Por esa razón, actualmente en las aguas corrientes no ven pescadores con la intención de pescar esas especies exóticas. Por cierto dichas especies exóticas invasoras se encontraban en la badina de Santa Engracia antes de su rotura, ya que se realizaban campeonatos de pesca en dicha zona, por tanto la llegada de esas especies se ha debido a desaprensivos que las han trasladado a otros sitios.

Grupo de peces gato, especie exótica y muy dañina en nuestro río Arga
También rebate el grado de endemismo de las especies que mencionamos de ciertas especies. Consultando la información disponible por la SIBIC (Sociedad Ibérica de Ictiología) a través de la carta piscícola (www.cartapiscicola.es) habla en de endemismo ibérico para el barbo de Graels y madrilla, y de endemismo de la Península Ibérica y Suroeste de Francia para la chipa. Observando los mapas de distribución natural se observa además que dichas especies tienen una distribución circunscrita a la cuenca del Ebro y algunas cuencas próximas.
En el caso de carpa nos indica que estamos de nuevo equivocados, y que la carpa lleva más de 2.000 años conviviendo con nosotros. Otra vez, el señor Eraso debe tener fuentes más fiables que investigadores como Ignacio Doadrio et al. que en el libro “Ictiofauna continental española” indica que fue introducida por los romanos en Europa y en España durante la dinastía de los Hausburgo que gobiernan España (1516-1700). Así mismo en Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras aparece en la modificación dictada por la Sentencia del Tribunal Supremo de 16 de marzo de 2016. Puede consultarse en la web del Ministerio (www.mapama.gob.es).
Carpa, otro de los peces exóticos e invasores
En cuanto a la presencia de nutrias y visones, ciertamente no es fácil observarlas, la persecución de muchos años por parte del hombre y su hábitos crepusculares hacen que no sean fácil observarlas, al igual que los jabalís que resultan complicado de ver en toda Navarra pero a pesar de ello provocan múltiples accidentes y son cazados por miles cada año. A través de los rastros que dejan se tiene constancia regular de su presencia, algo similar ocurre con los castores.
Huella de visón europeo en la Rochapea, una joya que sin duda alguna tenemos que conservar. Aunque no la veamos, está presente.
Por último rebatir que el río no se queda seco, sufre el estiaje propio de los ríos mediterráneos, algo para que lo las especies que lo pueblan están adaptados después de años de evolución. Claro que son episodios de estrés para la fauna y flora, y que en un escenario de cambio climático pueden ser más severos, pero es algo natural y permite un ajuste de la capacidad de carga del medio.
La situación actual de orillas descarnadas y áridas es fruto del embalsamiento previo, por suerte los ecosistemas fluviales tiene una recolonización rápida con el paso de un tiempo se podrá disfrutar de un soto similar al que existe en el entorno del puente de San Pedro – Aranzadi. Para acelerar esa recuperación es necesaria la eliminación total del azud y que no se produzcan embalsamientos prolongados en épocas de caudales altos.
Visto todos los efectos positivos de la eliminación del azud de Santa Engracia, estamos de acuerdo con el señor Vizcay en fomentar el deporte y actividades de todos los colectivos que menciona (remeros, pescadores, natación, salvamento, piraguas…), pero eso no pasa necesariamente por arreglar Santa Engracia. Actualmente existen en Pamplona otras 5 presas que pueden albergar todas esas actividades: Harinera de Ilundain, San Jorge, San Pedro, Molino de Ziganga y Molino de Caparroso, donde seguramente sea más barato adecuar unas instalaciones que el arreglo y mantenimiento de la reparación de Santa Engracia.
Como pueden ver no estamos anclados en el “me opongo porque sí” que indica el señor Vizcay, estamos expectantes ante la posibilidad de recuperar una pequeña parte del río Arga que tanto a sufrido a la vez que se visualizan alternativas más económicas desde el punto de vista ambiental y monetario.

Por un río corriendo libre, transparente, oxigenado y transportando sedimentos de un lugar a otro.

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