Pamplona y su cuenca es una ciudad que se caracteriza por tener varias zonas verdes, un río Arga principal y otros afluentes como son el río Sadar, río Elorz y río Ultzama. Ello hace que la fauna encuentre resguardo, protección, alimento y agua para poder vivir. Por ello, la cantidad de especies diferentes de aves, mamíferos, peces u otros vertebrados que podemos ver parece impensable.
A lo largo del año son más de 100 las diferentes especies de aves que fácilmente se pueden observar por el río (no todo son patos, gorriones y palomas), pero para ello tendremos que prestar mucha atención.
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Hembra de azulón con sus polluelos |
Unas serán residentes y estarán todo el año, como pueden ser los petirrojos, los ánades reales o los martines pescadores. Otras vendrán en primavera, criarán y se irán, como lo hace la pareja de cigüeñas que año tras año cría en una de las torres eléctricas que hay en la Magdalena, los torcecuellos (una especie de pájaro carpintero) o los autillos, los búhos más pequeños de la Península. Algunas otras vendrán huyendo del frío del norte de Europa y permanecerán aquí solo en invierno como es el caso de los picogordos o los cormoranes, y muchas otras estarán solo de paso y pararán donde se sientan seguras para descansar y reponer fuerzas, como por ejemplo las grullas que veremos sobrevolar sin detenerse, los martinetes que descansan muy de vez en cuando entre la espesa vegetación de las orillas o alguna gaviota que en sus largos viajes usará zonas tranquilas del río para descansar y buscar alimento.
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Autillo, el búho más pequeño de Europa |
Igualmente aunque en menor número, los mamíferos también hacen aparición, aunque como en su mayoría son nocturnos, son más difíciles de observar y nos tendremos que guiar por las huellas o rastros que nos delatarán su presencia; tal es el caso de los acuáticos castores (polémicos por su forma de llegar) o nutrias, especie muy interesante de nuestras aguas, de las simpáticas ardillas y erizos o de los rápidos ratoncillos, que podremos ver de día más fácilmente.
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Castor nadando por la Rotxapea |
Como estrellas además, contamos con el visón europeo, la especie de mamífero más amenazada de Europa y que se encuentra en nuestra misma capital, Pamplona.
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Huellas de visón en la Magdalena |
No pueden faltar los reptiles y anfibios; diferentes especies de lagartos, lagartijas, culebras, ranas y sapos que aparecen en los meses de calor para cobijarse y resguardarse del frío en los de invierno, y que aunque están mal vistos por la sociedad, son totalmente inofensivos y necesarios para que el ecosistema se mantenga en equilibrio.
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Lagarto verde en las orillas de Burlada |
Y muy importantes en las aguas son los peces, que en Pamplona muchas veces se ven afectados por el buen número de presas, ya que estas retienen y provocan remansos de agua, favoreciendo así hábitats de especies exóticas como puede ser el pez gato, en detrimento de especies autóctonas como el barbo, la chipa o el gobio.
Muchas especies se presentarán confiadas ante nuestra presencia por estar acostumbradas al ser humano, mientras que otras serán más esquivas y recelosas y a la mínima huirán y se esconderán. Por ello hay que ser cuidadosos y no hacer ni ruidos ni movimientos bruscos si queremos
observarlas con detenimiento.
Con tiempo y paciencia se puede observar gran diversidad, y en un día “bueno” se pueden localizar fácilmente una treintena de especies diferentes de aves (más fáciles que reptiles y mamíferos) solo en la zona de río y su paseo. En una excursión por Urbasa o por Bardenas, por decir sitios conocidos de la naturaleza Navarra no se ven tantas especies diferentes en un mismo día… Curioso, ¿verdad? Pues así es. El río en nuestra ciudad alberga una “ciudad natural” que nos es totalmente desconocida en muchas ocasiones. A ver si somos capaces de valorarlo y disfrutar de ello.
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Garza real, habitual de nuestro río |
Por ello a lo largo de próximas entradas os iremos contando un poco sobre la variedad de fauna de ribera que podemos encontrar a lo largo del Arga y que va variando a lo largo del año, ya que es una alegría saber que aunque cada día hay más coches en la carretera, más edificios y solares en los que se construye, más humos, más ruidos y más contaminantes en el río, tenemos rincones llenos de vida que normalmente pasan totalmente desapercibidos.
Así que ya sabéis, todos a prestar atención a nuestro alrededor, que en cuanto abramos los ojos, los oídos, y nos fijemos un poco en lo que nos rodea veremos pajarillos y otros animales que nunca antes habíamos visto. Ahora solo queda una cosa; aprovechar la oportunidad que la naturaleza nos brinda en la misma puerta de nuestra casa y disfrutarla.
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Martín pescador, una de las estrellas del Arga |
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