Etiquetas

2018/12/04

Fauna del Arga y sus afluentes; aves II, las invernantes

A las aves residentes que nos acompañan durante todo el año, en los meses de invierno se suman a nuestras latitudes otras especies que vienen de las zonas más frías de Europa, ya que aquí las temperaturas son más suaves y las condiciones para la vida son mejores y más llevaderas.
La más fácil de observar es el cormorán grande, un pato negro “gigante” que posee un fuerte pico y que bucea a la perfección en busca de sus presas; como es lógico, se localiza en el río nadando o en árboles altos que usa como posaderos, teniendo muy importantes “perchas” cerca de Miluce, y en la zona de huertas de la Magdalena, donde se juntan por docenas para dormir y descansar; se trata de un ave muy mal vista por los pescadores, ya que muchos le culpan del descenso de la población truchas, pero lo cierto es que aunque sí que se puede comer alguna, pesca otro tipo de peces que viven en grupos, ya que es más fácil pescar peces gregarios que peces que viven en solitario, y la necesidad de energía para ello es menor., que dar caza a una escurridiza y ágil trucha.

El cormorán está entre nosotros... durante estos días se ven ya los primeros por el río
Fuera del río en los hierbines de zonas ajardinas veremos los bisbitas pratenses por el suelo, aves de colores pardos caracterizadas por tener una uña trasera muy larga, visible cuando se posa en ramas. Igualmente en estos jardines (sobre todo en la zona de Miluce y Biurdana) con un poco de suerte localizaremos picogordos, aves muy vistosas y curiosas por su gran pico y que se ven más fácil unos inviernos que otros, dependiendo de cómo esté siendo el año.
Destaca la presencia por estas fechas de todos los zorzales; zorzal real, zorzal alirrojo, zorzal charlo y zorzal común. Todas ellas son especies cinegéticas, y en invierno se ven en nuestra ciudad en zonas ajardinadas. Son también de tonos pardos y se diferencian unas de otras fácilmente. El charlo es el más grande, el alirrojo como su nombre indica tiene tonos naranjas bajo las alas, y el real tiene en la cabeza colores grisáceos. Todas con mucha frecuencia se ven cercanas a cursos de agua, sobre todo el zorzal común.

Zorzal real, una de las "raras" pero de las que podemos encontrar
Además de todas estas que solo se observan en invierno (aunque algún zorzal puede verse a lo largo de todo el año), hay especies que están presentes todo el año, pero que en estos meses ven incrementadas sus poblaciones. Es el caso de los milanos reales, que muchas veces campean en zonas abiertas y siguen el curso del río, lavanderas blancas, muy ligadas al agua o petirrojos, pajarillos frecuentes en los bosques de ribera. Además, el martín pescador curiosamente también se hace más visibles en estos meses de frio.

Martín pescador, ave más abundante en nuestras aguas en invierno
 Igualmente, al ruidoso estornino negro que también ve su población aumentada, se le suma el estornino pinto, del que se diferencia por como bien indica el nombre, tener pintas blancas en el cuerpo. 

Grupo de estorninos en un árbol
 De menor tamaño se pueden citar unas cuantas especies diferentes. Los pinzones vulgares y pinzones reales, que se mueven en grandes bandos en los que se entremezclan, siempre con mayor densidad de vulgares. Igualmente están los lúganos, los carboneros garrapinos y los acentores, que destacan por sus colores vivos el primero y apagados los demás. Todos ellos están ligados a zonas de arbolado cercanas al agua, por lo que en nuestro Arga no son difíciles de ver.
También están los reyezuelos (reyezuelo listado y reyezuelo sencillo) que reciben el nombre porque en su cabeza tienen una línea amarilla brillante en forma de corona, siendo aves muy vivarachas y pequeñas que se mueven a grandes velocidades en los árboles más frondosos de nuestros parques.
Y de la misma forma, durante el invierno se pueden ver en vuelo sobrevolando las conocidas grullas o los gansos, que en muchas ocasiones se oyen pero no se ven o porque van altas o porque realizan su migración de noche.

Grupo de grullas durante su migración, en pleno cielo pamplonés.
 Así que como veis, las aves son muy curiosas; como no pueden abrigarse, cuando tienen mucho frío buscan sitios más templados, recorriendo cientos de kilómetros en busca de calma y un lugar seguro en el que pasar el duro invierno. 
Nuestros ríos y nuestro Arga, son perfectos para todo ello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario