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2018/11/01

Fauna del Arga y sus afluentes; aves I, las residentes y nidificantes

En el río Arga se pueden ver aves fácilmente a lo largo de todo el año, y de hecho, dentro de Pamplona seguramente es el mejor sitio para disfrutar de la ornitología.
Unas especies vienen desde el norte de Europa en los meses fríos a pasar el invierno, otras vienen en verano escapando de zonas más calurosas, pero muchas otras permanecen toda su vida en el mismo río, por lo que se les puede localizar sin mayor problema, ya que muchas veces frecuentan el mismo tramo y crían año tras año aunque pasen muy desapercibidas.
Hay muchas que son muy comunes y fáciles de identificar, como puede ser el caso de los mirlos, esos pajarillos negros de pico amarillo, las mal vistas palomas y picarazas, las tórtolas turcas o los gorriones, cada vez menos abundantes y conocidos por casi todo el mundo.

Macho de mirlo en el Parque fluvial
Entre las aves rapaces, las más abundante es el cernícalo vulgar, que no es difícil ver volando en las zonas abiertas de alrededor, y reconocible por un característico vuelo con el que se queda en suspensión flotando y aleteando a la vez.
Además, como ave de presa se puede sumar el milano real, una rapaz grande de cola ahorquillada fácil de diferenciar, rapaz en grave peligro de extinción por el uso de pesticidas y venenos y que se puede ver muy fácil sobrevolando y campeando por el cielo sobre todo en zonas abiertas; aunque no anide por el río, lo usa como corredor para moverse, y las zonas abiertas y huertas de alrededor para poder cazar pajarillos, ratoncillos y demás...
Pero sin duda alguna, la avifauna del tramo pamplonés del Arga es mayor en aves de menor tamaño.
El río Arga es un pulmón de vida y en los arbolillos, matorrales y demás, los jilgueros y los petirrojos, se ven acompañados de verdecillos, verderones, pardillos, pinzones, carboneros, herrerillos y mitos con mucha frecuencia. Todos ellos de colores muy vistosos, al contrario que la curruca capirotada o los mosquiteros, de tonos más discretos. Además, se une un pájaro muy curioso, el agateador, que de pico largo y curvado y de tonos marrones, trepa por los árboles y se camufla a la perfección con el color de la corteza. Muchos de ellos permanecen todo el año, y en diferentes épocas del año, ven aumentado su número poblacional por ejemplares que vienen de otras latitudes en grandes viajes migratorios.

Hembra de curruca capirotada
 El río como es lógico hace que no falten las aves acuáticas. La más común es el ánade real, que se puede ver en cualquier rincón, aunque también es muy sencillo observar a la gran garza real pescando (de hecho este año una pareja ha criado muy cerca de Cuatrovientos), al martín pescador, un simpático pajarillo de color azul brillante que vuela por la superficie del agua como si de una flecha se tratase, o a la gallineta común, también conocida como polla de agua. 

El nido de garza, primera cita de nido en Pamplona capital
No faltan tampoco las lavanderas, tanto blanca, como cascadeña, que reciben su nombre porque se encuentran cerca del río, y fáciles de identificar por su característico caminar, balanceando parte de su cuerpo, y el mirlo acuático, típico en aguas corrientes, como las creadas recientemente en la zona del Plazaola. 

Mirlo acuático en la zona de Aranzadi
Como muy importante, destacar la presencia de pájaros carpinteros con dos especies muy similares en coloración, combinando negros y blancos con “txapelas rojas” pero diferentes en tamaño; se trata del pico picapinos y del pico menor. Ambos, todas las primaveras crían sus pollos en agujeros que ellos mismos hacen en árboles, y que como son muy escandalosos, con mucha atención se pueden localizar en arbolado cercano al río. Además, cada vez se deja ver más el pito verde, un pájaro carpintero de tonos amarillentos muy fácil de identificar.

Macho de pico menor, uno de los carpinteros nidificantes en Iruña
Algunas aves en cambio, son más difíciles de ver porque siempre andan entre matorrales, pero sí que se pueden localizar fácilmente por el canto que tienen, ya que es muy característico, como son el ruiseñor bastardo (siempre cercano al río) y el chochín. De la misma manera con un canto muy identificable destaca el colirrojo tizón, que junto a los estorninos negros canta desde antes del amanecer desde lo alto de los tejados de nuestras casas, y que en muchas ocasiones buscan alimento en los jardines y paseos fluviales de Pamplona.
Ya veis que el listado de aves que nos acompaña durante los 12 meses del año es amplio y variado, así que ahora sólo queda salir a verlas e intentar identificarlas poco a poco.
El río es vida en estado puro y tenemos que conservarlo y respetarlo, ya que es nuestro pulmón. El Arga esconde secretos en forma alada y emplumada en cada rincón. Conozcámoslo, y disfrutemos de todo lo que ello conlleva.

Grupo de azulones, los más habituales en el río.

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