El río Sadar es una pequeña regata que nace en la Sierra de Tajonar en la
comarca de Pamplona y desemboca, cerca de la Venta de Andrés, en el río Elorz, que a su vez
termina en el río Arga.
El río Sadar y sus orillas dibujan un fino trazo verde entre los grises,
rojos y marrones de la trama urbana de Mutiloa e Iruña. En la ortofoto, en azul
más grueso. |
Es una regata pequeña y circula encajada en las terrazas que
ha excavado y que conforman orillas de fuerte pendiente ahora cubiertas de
árboles y arbustos. Esto hace que sea más fácil verla en los puentes que la
cruzan como en la UPNA
o en Mutilva. De humilde caudal habitual nos da la alegría de enseñarnos otro
carácter en las crecidas, con la corriente amontonada y espumosa.
Aunque humilde, el hecho de que circule por la ciudad y por
los campus de la UPNA
y de la Universidad
del Opus ha atraído la atención y el esfuerzo de gentes para cuidarla. Y así se
han sucedido iniciativas de colectivos que limpiaron de basuras su cauce en el
otoño de 2017, o la profesora de la
UPNA que celebró su cumpleaños con sus amigos dedicando unas
horas a limpiar el cauce.
El IV Plan Estratégico de la UPNA fijó un objetivo relativo a la consolidación
de un campus socialmente comprometido, con acciones destinadas a incentivar
hábitos de sostenibilidad medioambiental y de compromiso social ligado al
voluntariado. En este contexto, tal y como explicó la vicerrectora Eloisa
Ramírez, “mejorar el entorno del río Sadar y su ecosistema forma parte de una
visión de conjunto de todo el campus”.
Así la UPNA
ha realizado en el curso 2018-2019 un proyecto de recuperación y
sensibilización, que se ha concretado en trabajos forestales, tales como
retirada de árboles muertos en riesgo de caída hacia los paseos (se han dejado
los que no suponían riesgo para personas), desbroces puntuales para facilitar
el acceso hasta el agua, colocación de cajas nido para aves y murciélagos,
mobiliario urbano y paneles informativos.
Autillo, una de las aves típicas de las orillas de los ríos |
Además se preparó un intensa jornada de limpieza con
estudiantes y ciudadanía general que permitió dejar el cauce libre de basuras. El
río Sadar nos ofrece sus macroinvertebrados para las clases de ecología y una
vegetación de ribera variada e interesante para las materias de ciencias
naturales y su didáctica; pero sobre todo se ha convertido en un buen refugio
para numerosas aves, que cada vez más confiadas se dejan admirar en las arboledas
del campus y del río. Todavía debería mejorar más, tanto en la recuperación
hidromorfológica de las dos orillas como en la de la ictiofauna, que es la
parte más empobrecida.
Cartel de una de las jornadas de limpieza |
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