A raíz de la situación surgida en torno a
la supuesta reconstrucción de la presa de Santa Engracia por el Ayuntamiento de
Pamplona consideramos que hay ciertos motivos básicos que no pueden dejar de
tenerse en cuenta.
Desde "Ríos con Vida" apoyamos los argumentos que se han expuesto anteriormente y con una amplia base científica para liberar el Arga de un obstáculo que lo cercena: que estas presas representan un nido de especies invasoras y que además contribuyen a su propagación, ya que son pescadas y muchas veces desgraciadamente trasladadas a otros lugares, así como se vulnera la obligación de conseguir el buen estado ecológico de la Directiva Marco del Agua.
Subrayamos
que ni el Ayuntamiento de Pamplona ni el Gobierno de Navarra pueden destinar
fondos públicos para reparar una presa ajena y sobre la que carecen de
competencias, como ha reiterado el Tribunal
Supremo en casos anteriores relativos a Málaga, Salamanca y en la misma cuenca
del Ebro. Pero tampoco cuentan con competencias culturales en una cuenca intercomunitaria
sobre bienes sitos en sus cauces, como nos ha demostrado el caso del azud de
Txokoto. El dedicar dinero público de
estas Administraciones claramente incompetentes podría conllevar eventualmente
desagradables consecuencias de todo orden jurisdiccional de las que advertimos
oportunamente.
Una posible solución es que sea el propio Club Náutico de Navarra el que solicite a su costa a la Confederación Hidrográfica del Ebro la concesión de esta u otra presa, pasando por todos los trámites legales incluida la declaración de impacto ambiental y la evaluación de sus efectos en los objetivos de conservación de la Directiva de Hábitats de la UE, así como encargándose de su mantenimiento y reparación, pues como toda obra hidráulica se le aplica el criterio de "ruina" y la Ley de Ordenación de la Edificación. Recordamos también la consiguiente asunción de responsabilidad patrimonial y personal en caso de producirse daños a bienes o personas por una ruinosa represa dejada a su suerte. Es más, nuestro Derecho de Aguas promueve la eliminación de obras ruinosas y que afectan al dominio público hidráulico. Por otra parte, la sucesión de azudes en el Arga eleva la lámina de agua, constriñe el cauce y, por tanto, aumenta los efectos de las crecidas. En todo caso, los costes de reparación y mantenimiento de una presa ruinosa superan con creces los de su eliminación, mientras que la normativa del Consorcio de Compensación de Seguros impone severos límites a la indemnización no extraordinaria por daños causados por obras hidráulicas ruinosas.
Como ha sucedido en el madrileño Manzanares
y su elogiosa labor de recuperación, existe la posibilidad de practicar el remo
y actividades similares en otras presas y zonas embalsadas, aunque tengan que
moverse con las embarcaciones y esto pueda resultar un engorro mayor al que
disponían bajándolas al río justo debajo del local de la Rochapea.
Mientras tanto, olvidémonos de la presa de Santa Engracia, alarmémonos de lo cochinos que somos porque debajo de la lámina de agua han aparecido las vergüenzas de Pamplona y disfrutemos del río cada uno con nuestra afición, pero sin olvidar que estas aficiones han de ser todas compatibles entre sí y sometidas siempre a disfrutar de un río sano y con vida en nuestra ciudad, un río que no es una serie de estanques y que no debe servirnos como alfombra bajo la que ocultar nuestras miserias.
El Arga, divertido con su trocito de recien tomada libertad. Azud de Santa Engracia 2018-02-15 |
Desde "Ríos con Vida" apoyamos los argumentos que se han expuesto anteriormente y con una amplia base científica para liberar el Arga de un obstáculo que lo cercena: que estas presas representan un nido de especies invasoras y que además contribuyen a su propagación, ya que son pescadas y muchas veces desgraciadamente trasladadas a otros lugares, así como se vulnera la obligación de conseguir el buen estado ecológico de la Directiva Marco del Agua.
Playa de cantos. Las corrientes del río, crean, modelan y transforman estas estructuras. Azud de Santa Engracia 2018-08-16 |
Bajo el Azud de San Pedro 2018-10-08 |
Una posible solución es que sea el propio Club Náutico de Navarra el que solicite a su costa a la Confederación Hidrográfica del Ebro la concesión de esta u otra presa, pasando por todos los trámites legales incluida la declaración de impacto ambiental y la evaluación de sus efectos en los objetivos de conservación de la Directiva de Hábitats de la UE, así como encargándose de su mantenimiento y reparación, pues como toda obra hidráulica se le aplica el criterio de "ruina" y la Ley de Ordenación de la Edificación. Recordamos también la consiguiente asunción de responsabilidad patrimonial y personal en caso de producirse daños a bienes o personas por una ruinosa represa dejada a su suerte. Es más, nuestro Derecho de Aguas promueve la eliminación de obras ruinosas y que afectan al dominio público hidráulico. Por otra parte, la sucesión de azudes en el Arga eleva la lámina de agua, constriñe el cauce y, por tanto, aumenta los efectos de las crecidas. En todo caso, los costes de reparación y mantenimiento de una presa ruinosa superan con creces los de su eliminación, mientras que la normativa del Consorcio de Compensación de Seguros impone severos límites a la indemnización no extraordinaria por daños causados por obras hidráulicas ruinosas.
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Río Arga desde el Puente del Plazaola. Restos de diversa índole jalonan el cauce. Eso ya estaba ahí, lo que ocurre es que ahora los hemos descubierto. 2018-07-22 |
Mientras tanto, olvidémonos de la presa de Santa Engracia, alarmémonos de lo cochinos que somos porque debajo de la lámina de agua han aparecido las vergüenzas de Pamplona y disfrutemos del río cada uno con nuestra afición, pero sin olvidar que estas aficiones han de ser todas compatibles entre sí y sometidas siempre a disfrutar de un río sano y con vida en nuestra ciudad, un río que no es una serie de estanques y que no debe servirnos como alfombra bajo la que ocultar nuestras miserias.
Jorge
Teniente Vallinas
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